El camino Espiritual en La Macrobiótica, toda materia es espíritu

Michio Kushi definía tres pasos necesarios en el proceso espiritual de cada persona, gratitud, armonía y libertad. Procesos simples a primera vista, pero en los que encontramos grandes desafíos y puertas a atravesar en su práctica. Ubicar algo desde la mente no es muy difícil, todo lo contario, podríamos decir que es fácil, incluso placentero, pero llevarlo a la práctica es otro cantar. La práctica, es ahí donde cada ser debe buscar, en la práctica. La práctica inequívocamente nos orienta hacia el silencio y la quietud, el pensamiento y la palabra sin sostén rompen el vacio y con ello el silencio y nos dirige, sin remedio, hacia el mundo de lo irreal a la vez que nos aleja de lo más puro.
La gratitud es el primer paso de espiritualización. La gratitud es una acto de valentía, de aceptación, de fuerza. La gratitud exige algo muy muy difícil, el no quejarse nunca, pero a la vez nos conduce a la primera máxima de los fundamentos macrobióticos, la Fe. Fe incondicional en el Orden del Universo, Fe en lo que se manifiesta, lo comprendamos o no en ese momento, por muy doloroso que sea. Es el primer paso para poder avanzar en este camino.
El segundo es la armonización. Este paso se divide en dos pasos, el primero la armonización de una persona consigo misma, armonizar su cuerpo, su corazón y su mente. Este propósito requiere que lo que pensamos, decimos y hacemos vayan en la misma dirección. Indudablemente este cometido despertará la batalla entre el pequeño Yo y el Gran y Yo, entre el Dragón Celeste y el Dragón Terrestre, pero toda guerra es un caos que inevitablemente conduce a la Paz. El segundo es la armonización con la misma Tierra, los demás Seres y el Cielo.
Una vez de agradecer y de armonizar llega el tercer paso, el de la Libertad. Este paso se da después que la persona haya sido iniciado en la vía. La persona que lo inicia lo dirige hacia la máxima expresión del Ser y es que sea El mismo. La persona iniciada una vez dotada de las herramientas básicas y haber completado los pasos anteriores debe recorrer el camino por sí misma y conseguir la experiencia que la conecte con lo Divino. El mayor peligro aquí es confundirla experiencia con la experimentación, por ello la persona iniciada debe obrar muy finamente, cada vez más.
Ese camino es el que empezamos hace un tiempo el grupo que estamos trabajando y a ellos y ellas les dedico este escrito. Como es lógico en ese tiempo y camino recorrido ha habido personas que se han bajado y que se han subido, incluso algunas que se han bajado y han vuelto a subir. Seguimos recorriéndolo, pero anticipo esta entrada, para anunciar el ciclo que iniciamos prontamente y que en una año nos habrá conducido, si lo merecemos, a haber dado los tres pasos.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *