Para mantener la salud y encontrarnos a nosotros/as mismos/as, es esencial observar dentro y observar fuera.
El Orden del Universo se manifiesta continuamente es un estado de perfección inmutable que nos guía y orienta hacia lo verdadero. Nos conduce a la puerta de los Reinos Superiores o sutiles. Pero para eso debemos dirigirnos hacia ese Orden y entregarnos a él.
Si dirigimos nuestro estilo de vida hacia el deseo, quedaremos atrapados en lo más burdo, en la materia y el espíritu sufrirá porque no hallará la luz que le guié y de dirección.
El Orden del Universo se manifiesta en cuatro maneras que generan un tipo de Qi generador de vida, madre y padre del nacimiento, expansión, interiorización y almacenamiento. Estos cuatro tipos de Qi se manifiestan mediante las cuatro estaciones.
Cada estación tiene sus características y en cada estación la naturaleza nos aportará lo que necesitamos para religarnos con ese Orden. Por ejemplo, alimentarnos con los productos locales y de la estación y adquirir biorritmos respectos al Sol y la Luna nos religa en tiempo y espacio respecto a ese Orden. Cuando rompemos ese Orden surgen problemas de salud, desde desarreglos hormonales, problemas digestivos hasta alteración del sueño y malestar psíquico.
Brevemente explicamos cómo utilizar las plantas de nuestro entorno en estos cuatro momentos:
-Es importante al inicio ( un pelín antes ) de Primavera eliminar el frío de invierno, más o menos cuando el Sol comience a iluminar a Aries, y cuando la Luna comience a menguar, para ello utilizaremos la Ortiga.
-En el estado más álgido, cuando Sol ilumina Tauro, regeneraremos nuestra sangre con la ayuda del Cardo Mariano, la Luna de estar a crecer.
-Cuando Sol llega a su plenitud, cuando el fuego se encuentra en el fuego, el espíritu está en su estado más álgido y externo, el Hipérico le ayudará en su labor.
-Si durante el verano el espíritu decae y le cuesta digerir, la Melisa le ayudará a seguir donde debe.
-Si por casualidad el calor afecta al corazón, el diente de león ayudará eliminarlo.
-Cuando el yin comience a emerger con más fuerza y el yang pide ser resguardado en su interior prepara primero al cuerpo para deshacerse de lo que no necesita y darla la dirección necesaria con la Bardana.
-Cuando las hojas de os árboles comiencen a rendir respeto a la Madre Tierra ayúdate con el tomillo, para que el viento del este no dañe tus pulmones. Si aún y todo tus músculos comienzan a doler, el cansancio aparece y algo de fiebre asoma, ayuda al tomillo con saúco.
Cuando el yin llega a su máximo la condensación es, almacena correctamente el yang, protégelo. Para ello ayúdate del romero y la salvia, si esa labor se te hace demasiado ardua y tu espíritu duda echa mano del espino blanco y la luz volverá brillar dentro de la oscuridad.
Recetas con plantas silvestres



