Hacer dejando de hacer
Cuando buscamos quiere decir que no hemos encontrado. Esa búsqueda puede generarse por cualquier tipo de estimulo, una enfermedad ( física o psíquica ), un malestar, una crisis personal, un sentimiento de vació sin sentido aparente. Siendo cual se ese estimulo nos ayuda a movilizarnos, ha hacer algo. Luego, claro está, cada persona elegirá si hacer o no hacer. Pero ese impulso que se manifiesta disfrazado con diferentes mascaras, es el mismo para todo ser con consciencia.
¿ Y cómo encontrar? Pues haciendo dejando de hacer; dejando ser hacer, dejando de ser, dejando de….¿Pero qué pasa cuando dejamos de hacer haciendo? Cuando yin y yang se conjugan en esta fórmula mágica surgen cosas, realidades que existían pero que no veíamos y que cuando surgen muchos de esos estímulos se desvanecen tan rápido como lo hace el cervatillo al ver al lobo. Aquí se abre, al igual que la tormenta abre camino a la calma, una cuestión interesante, que abarca un sin fin de posibilidades tanto en la terapéutica como en el camino espiritual, a sabiendas de que nunca han estado separados. Pero lo más importante, se abre un camino para ti, mejor por su condición de unicidad, le hablaré a usted como único.
Pregúntese usted, después de haber dado tantas vueltas, probando tantas técnicas y haberse gastado tanto dinero y tiempo, porque la esperanza de que alguien le ayudase a resolver sus problemas la encuentra dentro de usted mismo, cuando haciendo, es decir, tomando la responsabilidad, comienza usted a dejar de hacer aquello que le generaba dolor y sufrimiento. Piense usted, cuanto sufrimiento se hubiera ahorrado, si desde pequeño en vez de enseñarle lo importante que es ser algo le hubiesen enseñando a que sea usted mismo/a, porque ser ya es, cosa que ya sabía. Ahora sólo toca recordar si es que al recuerdo le concede usted un instante tan breve como infinito. Dese cuenta, viendo más allá de lo que sus luminarias le dejan ver, que usted generó el problema y con el problema genero la solución, haga algo y deje de hacer. Por eso debe saber que el problema era única y exclusivamente suyo y su resolución también.
Ahora que ya lo sabe, deje de hacer haciendo, porque para liberar sus cadenas quizás no deba encontrar nada fuera para romperlas, sino darse cuenta usted mismo que las cadenas no están atadas a usted sino usted a ellas.
Un abrazo
Egoitz